jueves, 13 de enero de 2011

Proyecto Laramie. Teatro.

CRÓNICA

Contra el castigo del diferente

'El Proyecto Laramie', basado en el asesinato de un homosexual, llega a España tras mostrarse en numerosos teatros del mundo en la última década

ROSANA TORRES - Madrid - 13/01/2011

Es teatro-documento. Y teatro a secas. Los espectadores que busquen arte escénico lo encuentran. El Proyecto Laramie, que se estrena hoy en la sala pequeña del teatro Español, nació hace 10 años en Nueva York de la mano de Moisés Kaufman y la compañía Tectonic Theater. El autor abordó esta aventura por su deseo de saber más acerca de por qué Matthew Shepard, un estudiante de 20 años de la Universidad de Wyoming (EE UU) fue apaleado hasta su muerte en las afueras de Laramie por dos jóvenes de la misma localidad en octubre de 1998. El motivo: ser homosexual. Desde entonces Matthew se ha convertido en símbolo de la lucha de la comunidad homosexual por el reconocimiento de sus derechos.

El espectáculo ha tenido un gran éxito durante la última década en EE UU y a partir de 2001 en Europa (Alemania, Francia, Italia, Portugal, Suiza, Polonia, República Checa). Ahora llega por primera vez a España de la mano de Jorge Muriel que ha contado con la ayuda de la ONG Proyecto Kieu, dedicada a la defensa de los derechos humanos y el teatro social. La dirección es de Julián Fuentes Reta y en el montaje participan ocho actores (Consuelo Trujillo, Ana Cerdeiriña, Mónica Dorta, Iñaki Guevara, Antonio Mulero Carrasco, Jorge Muriel, Diego Santos y Victoria Dal Vera), quienes abordan los 70 personajes y más de 50 espacios que emergen en la obra que no ha prescindido de vitalismos e incluso un irónico sentido del humor.
Personajes todos que participan en este espectáculo al que Kaufman dio una estructura después de realizar un profundo trabajo de investigación en Laramie donde recogió testimonios, a lo largo de dos años, del entorno de la víctima y de sus agresores.
"Matthew era un chico común, guapo, con una familia estructurada, era ese tipo de estadounidense con el que a priori todo el mundo se identifica", señala Fuentes. El director recuerda que el caso y el personaje se convirtieron en algo profundamente mediático, lo que aprovecharon sus padres para crear la Fundación Matthew Shepard, con el objetivo de evitar que otros jóvenes sufrieran ataques similares como el que costó la vida a su hijo y luchar por los derechos humanos.
"La obra ha estado en mi inconsciente años; luego leí la agresión a un chico de Granada y el asesinato en Vigo de dos homosexuales...; pero esta obra va más allá, parte de un caso de violencia homosexual para hablar de la pena de muerte, de las políticas sociales; en realidad esto es un caso de violencia al diferente y en el montaje se analiza por qué puede pasar y se reflexiona sobre el origen de esa violencia", apunta Muriel.